domingo, 31 de octubre de 2010

Virgin Steele, The house of Atreus, Act 1(1999) & Act 2 ( 2000).



La Saga de los Atridas
  Dentro del ciclo mítico troyano se incluye también los episodios legendarios que protagonizan los hijos de Atreo, Menelao y muy especialmente Agamenón, a su vuelta de la guerra de Troya, unos episodios que Esquilo desgrana a lo largo de varias de la Orestíada, una trilogía que comprende tres tragedias: Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides.


 En ambos discos, Virgin Steele elaboran una especie de Opera Rock en clave de heavy metal, en la que cada canción viene a desarrollar una parte de la historia, y, por cierto, con bastante fidelidad con respecto al original clásico que constituye Esquilo.
 El Acto I   abarca desde el triunfo de Troya hasta la muerte de Agamenón y Casandra.
 El Acto II  completa el relato, con la venganza cumplida finalmente por Orestes, hijo de Agamenón y Clitemestra.

 The house of Atreus, Act 1 (1999)


    El primer corte del Acto I "Kingdom of the Fearless" nos presenta a Agamenón, una vez alcanzada la victoria sobre Troya:
    La segunda canción "Blaze of Victory (The watchman's song)" se corresponde con el principio del Agamenón de Esquilo: un vigía se encuentra a la espera de que la luz de una antorcha le indique el final de la guerra y la conquista de Troya. Con una sorprendente fidelidad con respecto al modelo griego, el vigía cumple la misión que Clitemestra le ha encomendado:    
 El vigía divisa la antorcha y a voces proclama a la reina la caída de Troya, al tiempo que lamenta la depravación que Agamenón va a encontrar en su propio palacio. Es curioso que, mientras en Esquilo es un buey el que pesa sobre la lengua del vigía y le impide referir los crímenes que suceden en palacio, en las letras de Virgin Steele sea un espino que paraliza su lengua:
    "Return of the King" El heraldo anuncia la llegada de Agamenón victorioso, y anima a los ciudadanos a recibir a su rey como merece, pues es el elegido por los dioses para alcanzar el triunfo. Las letras siguen casi al pie de la letra el contenido del Agamenón de Esquilo, en el que, en cambio, el heraldo comienza su parlamento dando gracias por poder regresar a su patria tras tanto tiempo:
  La alegría del coro de ancianos y de Electra por la vuelta de Agamenón se ve mezclada de un sentimiento de tristeza por la situación que el rey va a encontrar en su palacio. La alegría por la vuelta de Agamenón dará paso a la tragedia que está a punto de sobrevenir, y que constituye la parte final del disco.
    En "Child of Desolation" se incluye el triste parlamento de Casandra, la hija de Príamo que Agamenón se llevó como botín y que se ha convertido en la amante del rey, hecho que despierta los celos de Clitemestra. Casandra, haciendo uso de sus dones proféticos, se lamenta profundamente, consciente como es del futuro que le aguarda:
   "Great sword of flame"  Clitemestra y Egisto cumplen su crimen y, mientras se está bañando, asesinan a Agamenón, así como a su amante, la profética Casandra. Clitemestra muestra toda su saña cuando se dirige al asesino Egisto:
   Siguiendo el relato de Esquilo, el tema "The gift of Tantalos" nos presenta a Egisto ufano y feliz porque al fin ha podido vengar el triste destino de su padre, Tiestes, hermano gemelo de Atreo. Éste último había servido a Tiestes sus propios hijos en un banquete, para así vengarse de las relaciones que Tiestes había tenido con Aérope, su esposa. Según un oráculo, Tiestes sólo podría vengar aquel sacrilegio si tenía un hijo fruto de un incesto: y así fue nació Egisto, que con el paso del tiempo vengó a su padre asesinando al hijo de Atreo, Agamenón. Los siguientes fragmentos de la canción aluden a esto mismo. Un apunte: los tres hijos de Tiestes que, según los textos clásicos, Atreo sirvió a su padre se convierten en trece en la canción de Virgin Steele. Habla Egisto a su padre:
      El siguiente corte del disco lleva por título "Iphigenia in Hades", y desarrolla el motivo por el que Clitemestra excusa el asesinato que acaba de cometer, y es el sacrificio de su hija Ifigenia, a manos de su propio padre, Agamenón, un sacrificio que también recoge Esquilo en su pieza. El siguiente fragmento está lleno del horror característico de la tragedia clásica:
Tras el lamento de Electra por el sacrílego asesinato de su padre a manos de su madre (un lamento que abre el siguiente drama de la trilogía: Las Coéforas), el primer acto de The house of Atreus se cierra con el triunfo de Egisto y Clitemestra y las invocaciones a Zeus padre por parte del coro de ancianos, no sin dejar una puerta abierta a la esperanza que encarna Orestes.

 The house of Atreus,  Act 2 ( 2000) 


    El segundo acto de The house of Atreus (2000), cuyas letras también están compuestas íntegramente por David DeFeis, "Wings of Vengeance" se abre con la llegada de Orestes, tal y como vemos en Las Coéforas de Esquilo, y su decisión de vengar la muerte de Agamenón:  "Fire of Ecstasy".
 "The oracle of Apollo" y "The Voice as Weapon" reproduce el oráculo que también Apolo revela a Orestes en Las Coéforas, según el cual no sólo es lícita la venganza que se propone, sino que es necesaria e ineludible. En estos términos se dirige el dios al hijo de Agamenón:
   En el disco de Virgin Steele se pasa por alto la treta de la que Orestes se sirve para entrar en palacio: se hace pasar por un mensajero que viene desde la Fócide con la noticia de la muerte de Orestes. Cuando Clitemestra manda llamar a Egisto, éste muere a manos del propio Orestes y queda así cumplida su venganza. En su composición, David DeFeis introduce un tema instrumental que tiene el sintomático título de "Nemesis", al que sigue directamente la muerte de Egisto por obra de Orestes, que venga al fin a su padre:"The wine of violence"
 "A Token of My Hatred" Como ocurre con todos los homicidas, la locura se apodera de Orestes, y las Erinias no dejarán ya de acosarle. Las Erinias o Euménides son divinidades encargadas de vengar los crímenes, y precisamente Las Euménides será el título de la tercera de las tragedias que componen la llamada Orestíada de Esquilo. De este modo, el tema "Summoning the powers" nos presenta al espíritu de Clitemestra invocando a las divinidades de los muertos, para que venguen su asesinato a manos de su propio hijo:
 Acto seguido, las Erinias ya no dejan en paz a Orestes, y Apolo tiene que intervenir y liberar al joven de la insoportable persecución a la que se ve sometido. No en vano, Apolo había sido el que profetizara a Orestes un terrible castigo si no mataba a su madre:
 Siguiendo el relato de Esquilo, al que la composición de Virgin Steele reproduce con más o menos exactitud,  la intercesión de Apolo en favor de Orestes y en contra de las Erinias es crucial para la posterior salvación de aquél. Se celebra luego un juicio en al Areópago de Atenas, al que Orestes, siguiendo el mandato de Apolo, acude acompañado de Hermes. Paralelamente, en el disco de Virgin Steele, tras el instrumental "Areopagos" se incluye la canción "The judgment of the son", en el que toma la palabra Atenea y como juez del envite, aplaca a las resentidas divinidades:
     Tras otros temas instrumentales ( "The waters of Acheron", "Fantasy and Fugue in D Minor: ) concluye con la intervención del espíritu de Orestes, ya muerto. "Ressurection Day (The Finale)" Esta parte diverge del relato que Esquilo nos presenta en sus tragedias, en las que Orestes sale victorioso del juicio que le enfrentaba a las Erinias vengadoras de Clitemestra.


 KLYTAIMNESTRA Or The Curse Of The Atrides
Rockopera by David DeFeis/Martina Krawulsky/Walter Weyers


 En 1999 Bajo la apariencia de una ópera se presentó "The house of Atreus" pero mas bien era una obra de teatro moderno, rodeada con la música de David DeFeis, con cerca de 50 representaciones en Alemania.

sábado, 30 de octubre de 2010

Reflexiones del Elfo oscuro (II)


Desde el castillo más magnifico al rincón más minúsculo, desde la arrogancia de la nobleza a los deseos modestos del campesino más humilde, existe una necesidad básica en la mayoría de nosotros de ser propietarios, o al menos administradores. Queremos —necesitamos— encontrar nuestro reino, nuestro puesto en un mundo a menudo demasiado desconcertante y abrumador, nuestro sentido del orden en un pequeño rincón de un orbe que suele parecernos demasiado grande y demasiado ingobernable. Y así pues marcamos y circundamos, ponemos cercas y candados, para a continuación proteger nuestro espacio con ferocidad armados con espadas u horcas.
Lo que esperamos es que ése sea el final del camino que elegimos recorrer, las recompensas de paz y seguridad a una vida de penalidades. Sin embargo, nunca es así, pues la paz no es un lugar, tanto si está bordeado de setos como de altos muros. El rey más poderoso con el mayor ejército en la fortaleza más invulnerable no es necesariamente un hombre de paz. Muy al contrario, pues lo irónico de todo ello es que la adquisición de tal riqueza material puede ir en contra de cualquier esperanza de auténtica serenidad. Pero, más allá de cualquier seguridad física, existe otra clase de malestar, a la que ni el rey ni el campesino pueden escapar; incluso ese gran rey, incluso el más sencillo de los mendigos se sentirá, en ocasiones, invadido por la cólera inexpresable que todos padecemos a veces. Y no me refiero a una rabia tan intensa que no puede expresarse con palabras sino más bien a una frustración tan escurridiza y penetrante que es imposible encontrar palabras para ella. Es el silencioso origen de arranques irracionales contra amigos y familiares, el causante del mal genio, y el modo de liberarse realmente de él no puede hallarse fuera de nuestra propia mente y espíritu.
Ahora llevo esa calma conmigo, tanto si mis amigos me acompañan como si no. El mío es un reino del corazón y el espíritu, defendido por la seguridad, la amistad sincera y el calor de los recuerdos. Es mejor que cualquier reino erigido sobre el suelo, más fuerte que la muralla de cualquier castillo. Y, lo que es más importante aún, puedo llevarlo siempre conmigo.
                                                                                                       
Drizzt Do'Urden
R. A Salvatore, - Sendas de Tinieblas /  ilustración   Todd Lockwood.

sábado, 16 de octubre de 2010

Arthur O'Shaughnessy - "The Fountain Of Tears".


"La Fuente de las Lágrimas"

Atravesando desiertos y montañas,
lejos en el País del Dolor,
durante mañanas, días y noches,
o acaso durante meses y años;
con el corazón palpitando desgarrado,
el cuerpo sediento y abrumado,
ciertamente llegarás hasta tu destino,
en La Fuente de las Lágrimas.

Solemne y pacífico es aquel lugar,
sólo para el llanto lastimoso y el suspirar,
para los que en vida o muerte arriban,
junto con sus miedos y fantasías.
Sombríos cipreses adornan el lugar,
con máscaras que velan todos los rostros,
y de aquellas brumosas penumbras
brota cálida y hermosa, La Fuente de las Lágrimas.

Así flota y flota, en una danza
tan gentil como encantadora,
susurrando apenas su melodía armoniosa;
para aquel que debió sufrir y oír
(como tú, seguramente) en pesaroso silencio.
Arrodíllate allí y conoce a tu corazón roto,
y derrama la emoción tanto tiempo contenida,
allí, en La Fuente de las Lágrimas.

Porque crece y crece, como si al rozar
sus celestiales alturas uno pensase
si alguna de sus melodías pueden hundirse
en los oídos con más ternura.
Sí, venerable y bendita parece la Fuente
alcanzada tras el desierto y la montaña.
Allí caerás al fin en un profundo llanto,
y lavarás con lágrimas la tristeza de tu rostro.

¡Entonces el asombro! Mientras yaces allí por un tiempo,
y te debates entre la vida y la muerte,
abandonando la tierra que intentabas
alcanzar con tus miedos y esperanza,
el mundo se alzará y descenderá sobre tí.
Hombres fuertes no permanecerán para cuidarte,
ni se preguntarán porqué razón
tu camino es más duro que el de ellos.

Y mientras allí descansas, tus mejillas
no rechazarán las húmedas hojas,
ni te importará secar tus cabellos mojados,
o contemplar cómo el frío mundo amanece.
Tal vez, en aquel silencio que te rodea,
sientas que toda la Angustia finalmente te ha alcanzado.
Sí, hasta las nubes que sobre tí se pasean
quizás ayuden a vaciar tu alma de toda Pena.

Entonces puedes sentir, cuando una perdida hoja acaricie
tu rostro, que se trata de un beso que alguien ha enviado,
o soñar al menos que en algún sitio eres extrañado,
y que ese anhelo hasta tí llega, si eso te alegra.
O la humilde canción de un pájaro, desmayado y roto,
pueda pasar por una sensible palabra hablada,
mientras a tu alrededor se precipita
aquella Fuente que ahoga la vida en Lágrimas.

Y el llanto fluirá, cada vez más rápido,
confundiendo y derribando toda resistencia,
rodando abajo hasta que toda la desolación pasada,
bajo el peso de los años quede sepultada;
hasta que cubra cada hebra de tu desdicha,
y te dejen sin historia y sin mañana.
¿Pues quién entre los mortales puede someter
a la gran Fuente de las Lágrimas?

Pero la Angustia y las Lágrimas se encuentran y juntan,
y el sonido que emiten crece como el trueno.
¿En qué oscuro abismo, me pregunto,
descansa la pena de todos nuestros años?
Pues sólo la Eternidad parece llevar
la cuenta del gran Lamento humano.
Tal vez Dios, el Hacedor y Padre,
haya creado un sitio para nuestras perdidas lágrimas.

Arthur William Edgar O'Shaughnessy. 1844–1881

viernes, 1 de octubre de 2010

Tir Nan Og

 
Tir Na Nog en gaélico irlandés significa "la tierra de la eterna juventud", dentro de la mitología irlandesa. es más o menos similar a la griega Elysium, o el Valhalla de los nórdicos, aunque con notables diferencias, distintas e importantes. En este otro mundo podría ser alcanzado por cualquiera despues de un viaje arduo o una invitación de uno de sus residentes.

Tir Nan Og - animated short film directed by Fursy Teyssier