martes, 28 de mayo de 2013

Fausto (Goethe & Murnau)

Faust -1926 
Fausto es el protagonista de una leyenda clásica alemana, un erudito de gran éxito, pero también insatisfecho con su vida, por lo que hace un trato con el diablo, intercambiando su alma por el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. La obra de Goethe  (1749 –1832) es probablemente la más influyente de toda la tradición fáustica. La primera parte de este poema dramático se conoció en 1808; en esta Fausto era un anciano que lo sabia todo, menos el misterio de la vida, se hizo mago, mas todo fue en vano. Sin haber tenido mujer e hijos ni haber disfrutado de los placeres del mundo, desconsolado no esperaba sino la muerte. El Altísimo, molesto con Fausto por sus deseos de saber todos los secretos de la creación y el de igualarse a él, apuesta con Mefistófeles, el Diablo, a provocar que Fausto caiga en la tentación y el pecado. Cuando este iba a beber un brebaje mortal, escucha absorto el jubiloso toque pascual de las campanas. Arroja la copa de veneno y sale a la calle con su discípulo Wagner. Un perro les sigue, el cual entra también a la habitación de Fausto cuando este retorna. El perro se hincha desmesuradamente, arde y de las llamas surge un caballero. Era Mefistófeles, el diablo. Le promete a Fausto hacerle gozar de la vida plenamente, de viajar por remotos lugares y conocer todo lo que no ha podido a sus más de 60 años; con la intención de revelar los secretos y misterios de todas las cosas, pero con la condición de que este le entregue su alma. Fausto acepta, firma el pacto con una gota de su sangre. En el antro de una bruja, bebe un filtro y se transforma en un joven arrogante y habido de vivir el placer. Fausto se enamora de una linda joven llamada Margarita; finalmente, llevada a la desgracia, siendo  la depositaria de los errores de Fausto y del resultado de la apuesta entre el Altísimo y Mefistófeles.
La segunda parte se publicó póstumamente en 1832.

 
F.W.Murnau (1888-1931) Hizo dos de las películas más grandes de terror de todos los tiempos, "Nosferatu" (1922) y "Fausto"(1926), Murnau tuvo una imaginación visual audaz y distintivo, incluso durante la época del expresionismo alemán, La grandeza de la película reside en sus majestuosas escenas iniciales y su conclusión horripilante.


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