sábado, 22 de febrero de 2014

Los señores de la tierra.


Yo cabalgué sobre las olas del mar a lomos de un corcel de madera que tenía treinta y dos patas. 
Era capaz de galopar por el océano hirviente, y sus cascos batían la espuma. 
Vi valles que cambiaban de lugar en lo que un hombre tarda en estornudar, 
más allá de las costas donde se elevan las Montañas de Hierro de los noruegos, afiladas y negras,
creando una cordillera que trepa hacia el norte entre viejas cúspides de las que cuelgan rotas barbas de nieve. 
Perseguimos una tormenta durante días, pues sabíamos que Odín volvía con los suyos en ella. 
Y así llegamos a la Tierra de Hielo, donde las olas rompen en playas de arena negra. 
 Las cumbres de las montañas mostraban un resplandor rojo anidado entre sus sombras, 
y supe que las bestias de Múspel y de Loki estaban cerca. 
 Artur Balder - Los señores de la tierra.

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