lunes, 25 de enero de 2016

Daimon.


En los inicios de la religión griega se refieren a seres de contornos bastante imprecisos. Comenzaron siendo identificados con el destino. Por ello el nombre griego daimon parece que comenzó teniendo el significado de "el que reparte".
Más tarde,por ser recuerdo de dioses primitivos penetrados en Grecia desde los pueblos indoeuropeos,se consideraron divinidades de rango inferior. Eran representados como mitad bestias y mitad humanos. A su vez, son dioses que luchan a favor de la oscuridad y las tinieblas, y que desearían que la humanidad viviese en ese mundo.
Hay en la religión primitiva griega, y en relación con el culto a los daimones, una orientación, por tanto, en donde predomina la sangre de los sacrificios, las serpientes y dragones pegados al suelo, las cuevas misteriosas, las voces oraculares de adivinos ciegos pidiendo sacrificos humanos....
En tiempos del Sócrates,el concepto de daimon se encuentra en una clara evolución pero "contaminado" todavía por muchos de los rasgos más primitivos e irracionales.En este sentido, es curiosa la representación pictórica que hace Polignoto (contemporaneo de Sócrates) del Daimon: Se come la carne de los muertos y deja sólo sus huesos....su color es entre negro y azul,lo mismo que la mosca de carne,enseña los dientes y está sentado sobre la piel de un lince.
Por otro lado, para el mismo Platón (siguiendo al Hesiodo de los Trabajos y los días) los Daimones representan las almas de los muertos más sabios por lo que merecen un lugar de privilegio en el otro mundo.
Por su parte, para los Pitagóricos, representan las almas de los muertos que revolotean por los aires. Son algo intermedio entre los dioses y los humanos y sirven también de lazo de unión entre los hombres y los dioses.
En Grecia se acabará produciendo una progresiva evolución del concepto del daimon primitivo.Tal evolución llevará a identificar tal daimon con el genio que cada persona, a nivel individual, parece poseer. En este contexto, uno puede hablar de mi daimon como sinónimo de mi caracter propio y distinto del de los demás.El Daimon comienza, por lo tanto, a identificarse con el genio que cada uno de nosotros lleva dentro. El caracter es el daimon del hombre, señala Heráclito, y como tal, puede ser bueno o malo.Según Demócrito, el alma es la residencia del genio, del destino, bien feliz o bien infeliz. Para Platón,en el Timeo, siguiendo esta misma linea, afirma que el daimon, que habita dentro de cada uno, es la facultad suprema y directiva de su animo.

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