Herbert Gustave Schmalz
El dueño interior, cuando está de acuerdo con la
naturaleza,
adopta, respecto a los acontecimientos,
una actitud tal
que siempre, y con facilidad,
puede adaptarse a las posibilidades
que se le dan.
No tiene predilección por ninguna materia
determinada,
sino que se lanza instintivamente ante lo que se le
presenta, con prevención,
y convierte en materia para sí incluso lo
que le era obstáculo;
como el fuego, cuando se apropia de los
objetos que caen sobre él,
bajo los que una pequeña llama se habría
apagado.
Pero un fuego resplandeciente con gran rapidez se
familiariza con lo que se le arroja encima
y lo consume totalmente
levantándose a mayor altura con estos nuevos escombros.
Marco Aurelio (Meditaciones170-180 dc)
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