“Al principio del tiempo, en la época de la Creación, también apareció nuestro pueblo. No teníamos maestros, no teníamos instructores, no teníamos escuelas. Tuvimos que volvernos a mirar la Creación. Tuvimos que estudiar la Naturaleza. Y tuvimos que imitarla. Toda nuestra civilización se basó en el estudio de la Naturaleza. Esos fueron nuestros instructores en el principio de los tiempos. Nuestra religión apareció en esa época. Establecimos nuestra forma de vida mediante este tipo de estudio. Así que organizamos nuestros gobiernos de acuerdo con el estudio de la Naturaleza. Nos regíamos por un gobierno inalterable, el gobierno tradicional de nuestros antepasados. Las normas por las que nos regíamos no cambiaron hasta tiempos recientes.
Nuestra forma de gobierno era milenaria. Era una ley práctica para nosotros. Nos ateníamos a las normas aceptadas. Hoy en todo nuestro territorio los antropólogos y los historiadores remueven la tierra para encontrar la historia del Hemisferio Occidental. Pero no han encontrado ninguna cárcel. No han encontrado prisiones. No han encontrado manicomios. ¿Cómo vivían sin esas instituciones las diferentes naciones de pueblos que hablaban tantas lenguas distintas?
Toda la Creación sigue aún esas Normas de la Vida. El árbol, los frutos, ellos nunca fallan. Ellos nunca se equivocan al traer los frutos en su estación. Los animales nunca cometes un error. Viven tal como fueron creados. En la Creación, ¿cuáles son las Normas de Vida del Hombre?”
Phillip Deere, Muscogee (Creek) (1929 - 1985).
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