Johan Egerkrans.Odin.
Runas, magia, poesía, bebida embriagante, muerte... Odín auna todo aquello que puede ser necesario, incluso simplemente deseable, para los guerreros:la fiesta en torno a la bebida servida por bellas mujeres, sea en vida o tras la muerte, el furor del combate, el medio de conocer el destino, de hacer inofensivos a los enemigos y sus armas, de ser recordado con versos y tal vez con runas, que servirán también, en su forma de «Runas de Victoria», sigrúnar, para hacer infalibles las propias armas e inviolable nuestra tumba.
No cabe duda de que su capacidad de brujo máximo, de conocedor de todos los tipos de magia, guarda una estrecha relación con su función primordial de señor del druht. intentó hacerse con otras funciones divinas,y muy especialmente codició las que corresponden a la fertilidad, terreno tradicionalmente limitado a las diosas. Por eso lo vimos, disfrazado de santo rey cristiano, apoderándose del rito fálico de Volsi, y por eso lo encontramos también robando el collar de Freya. Y de esta diosa aprendió, sólo él entre todos los dioses, la poderosísima magia seiðr, de la que era nuestra Señora la principal conocedora. Pero también comprobamos cómo arrebató su lugar en el Ásgarðr al gran Tyr, cómo convirtió a Thor en su hijo y subordinado... Al grito de «¡Todo el poder a Odín!», el que fuera dios de los muertos en combate lanzó la revolución que transformó por completo la religión tradicional.
Es posible, como ya sabemos, que esta revolución se iniciara en el sur del mundo germánico; es posible incluso, que la victoria sobrenatural del dios tuviera mucho que ver con los triunfos militares y muy terrenales de varios caudillos germánícos que, providencialmente, eran tuertos. Pero una parte de las propiedades del «Engañador» es probable que fueran exclusivas de Escandinavia: la magia seiðr no parece que existiera fuera ¿el norte extremo, y la autoinmolación y el autosacrificio están directamente relacionados con ella. No así el sacrificio humano..., y nada más lógico,como ya hemos visto, que ofrecer vidas humanas al dios de la muerte en combate; pero sacrificarse a sí mismo es otra cosa muy distinta.
Lo cierto es que desde hace años se ha propuesto ver en esos peculiares rasgos de Odín una influencia directa de los pueblos fineses y saami. Los escandinavos, pero seguramente no los germanos de otras regiones, revistieron a su dios de los poderes que atesoraban los chamanes saami, creando así un sincretismo parcial de extraordinario interés. Aunque algunos (pocos) han puesto en duda el carácter chamánico de Odín, basta con echar un vistazo a las más impórtanos coincidencias entre el «Consejero Falso» y los chamanes del norte: sufren fuerte aparente para poder desplazarse en busca del conocimiento; tratan con seres de ultratumba, a quienes interrogan; viajan en forma de animal; suelen ir acompañados de aves como el cuervo; tienen espíritus femeninos que los acompañan en sus vuelos, como las valquirias; y pueden averiguar el pasado, el presente y el futuro, conocimiento que está vedado a todos los demás.
Odín tiene dos cuervos que le informan de todo lo que pasa, pues todo lo ven; además, se le asocia con el lobo, animal en el que viajan las brujaschamanes y que será quien lo mate en el Ragnarok. Desde su trono o palacio Hliðskjálf puede verlo todo, como corresponde al dios del conocimiento.
Enrique Bernárdez - Los mitos germanicos.
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