Xu Liang An - The Soul of sword,
Suzume-No-Kumo.
(1334 / 1860)
Ésta es tu Katana. Para hacerla, el acero fue lanzado al fuego,
fue doblado y golpeado una y otra vez hasta que veinte mil capas de metal
purificado se convirtieron en una.
De cada lingote que lamieron las
llamas, sólo una sexta parte sobrevivió para volverse hoja y espiga.
Reflexiona acerca de esto con atención.
Capta claramente la diferencia entre definición y metáfora, y las limitaciones de cada una.
Solo entonces
estarás capacitado para desenvainar esta arma y emplearla en asuntos de vida o muerte.
Algunos creen que la victoria surge de una estrategia superior.
Otros confían en el coraje. Otros depositan sus esperanzas en el favor de sus dioses.
Después están los que ponen su fe en espías, asesinos, seducciones, traiciones, corrupción, avaricia, miedo.
Todos éstos son caminos engañosos por una sencilla razón.
Piensas en la victoria, y pierdes lo real mientras te aferras a lo falso.
¿Qué es lo real? Cuando el acero de tu enemigo te acuchille ferozmente y tu vida penda de un hilo, lo sabrás.
De lo contrario, habrás vivido la vida en vano.
No todas las batallas se ganan avanzando. No todas las retiradas son derrotas.
Avanzar es una estrategia. Retirarse es también una estrategia.
Una retirada debe realizarse en orden. No siempre debe parecer ordenada.
Las apariencias en la retirada también son una estrategia.
Las palabras pueden herir. El silencio puede curar.
Saber cuándo hablar y cuándo no hablar constituye la sabiduría de los sabios.
El conocimiento puede frenar. La ignorancia puede liberar.
Saber cuando saber y cuándo no saber es la sabiduría de los profetas.
Sin el freno de las palabras, el silencio, el conocimiento o la ignorancia, una hoja afilada corta limpiamente.
Ésta es la sabiduría de los guerreros.
Dioses y Budas, antepasados y fantasmas, demonios y ángeles,
ninguno de ellos puede vivir tu vida o morir tu muerte.
Tampoco la capacidad de ver el futuro o de leer el pensamiento de los demás te mostrarán tu verdadero camino.
Esto es lo que he aprendido. El resto deberás descubrirlo tú.
Takashi Matsuoka ,El honor del samurái,
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