Fotografia:Jestormbringer
< De todo lo escrito yo amo sólo
aquello que alguien escribe con su sangre.
Escribe tú con sangre: y te
darás cuenta de que la sangre es espíritu.>
Cualquiera que sea la posición filosófica que adoptemos hoy: mirando
desde cualquier lugar, la erroneidad del mundo en que creemos vivir es
lo más seguro y firme de todo aquello de que nuestros ojos pueden
todavía adueñarse: a favor de esto encontramos razones y más razones que
querrían inducirnos a conjeturar que existe un principio engañador en
la «esencia de las cosas». Mas quien hace responsable a nuestro pensar
mismo, es decir, a «el espíritu», de la falsedad del mundo - honorable
escapatoria a que recurre todo consciente o inconsciente advocatus dei
[abogado de Dios] -: quien considera que este mundo, así como el
espacio, el tiempo, la figura, el movimiento, son inferencias falsas:
ése tendría al menos un buen motivo para aprender por fin a desconfiar
de todo pensar.
Nietzsche (Más allá del bien y del mal)
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