Jacques Louis David 1778-79
Canto XVIII - Funeral de Patroclo.
Tres veces el divino Aquiles gritó a orillas del foso, y tres veces se turbaron los troyanos y sus ínclitos auxiliares; y doce de los más valientes guerreros murieron atropellados por sus carros y heridos por sus propias lanzas. Y los aqueos, muy alegres, sacaron a Patroclo fuera del alcance de los tiros y colocáronlo en un lecho. Los amigos le rodearon llorosos, y con ellos iba Aquiles, el de los pies ligeros, derramando ardientes lágrimas,desde que vio al fiel compañero desgarrado por el agudo bronce y tendido en el féretro. Habíale mandado a la batalla con su carro y sus corceles, y ya no podía recibirlo, porque de ella no tornaba vivo.
Aquiles: "Esta tierra me contendrá en su seno, ya que he de morir, ¡oh Patroclo!, después que tú. No te haré honras fúnebres hasta que traiga tus armas y la cabeza de Héctor. Degollaré ante la pira funeraria, para vengar tu muerte, doce hijos de ilustres troyanos, y en tanto permanezcas tendido junto a las corvas naves, te rodearán, llorando noche y día, las troyanas y dardanias de profundo seno que conquistamos con nuestro valor y la ingente lanza, al entrar a saco en las opulentas ciudades de hombres de voz articulada"
La Ilíada Homero
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