viernes, 29 de mayo de 2015

Robert E. Howard - Cimmeria.


Recuerdo los tenebrosos bosques,
Oscuras pendientes de colinas sombrías;
El perpetuo y ceniciento arco de las nubes grises;
Los arroyos crepusculares que fluían silenciosos,
Y los vientos solitarios que soplaban al bajar por Las quebradas.


 
En una sucesión de visiones tras visiones,
Colina sobre colina, pendiente tras pendiente,
Oscurecidas por los hoscos árboles,
Yacía desnuda nuestra tierra.
Y al escalar un hombre un abrupto pico para observar,
Protegiéndose los ojos con las manos,
Vislumbraba sólo el paisaje sin fin...
Colina sobre colina, pendiente tras pendiente
Todas encapuchadas como hermanas.


 
Era una tierra tenebrosa,
Que parecía capturar todos los vientos y las nubes
Y los sueños que escapaban al sol,
Con las ramas desnudas que crepitaban en los vientos solitarios,
Y los oscuros bosques propagándose por sobre todo,
Sin siquiera la luz del raro y opaco sol
Que convertía a los hombres en sombras Agazapadas:
La llamaban Cimeria, tierra de las tinieblas Y de la noche profunda.


Fue hace tanto tiempo, y tan lejos que ya he olvidado
Hasta el nombre que me daban los hombres.
El hacha y la lanza con punta de piedra son como un sueño,
Y las cacerías y las guerras son como sombras.
Recuerdo sólo la quietud de aquella tierra sombría;
Las nubes que se apilaban para siempre sobre las colinas,
La penumbra de los eternos bosques.
Cimeria, tierra de tinieblas y de la noche.


O, alma mía, nacida de las colinas ensombrecidas,
A las nubes y vientos y fantasmas que apartan al sol,
¿Cuántas muertes serán necesarias para romper al fin
Esta herencia que me envuelve en los grises ropajes de los fantasmas? 
Busco en mi corazón y encuentro a Cimmeria, 
Tierra de Oscuridad y la Noche.

Robert E. Howard "Cimmeria
 Poema escrito en 1932 - Publicado en 1965 en The Collector Howard.
Ilustrado por Barry Windsor-Smith en 1973.

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