¿Existe un loco con una mente capaz deponer orden en las pesadillas,
de aplastar a los demonios y dominar el caos,
capaz de abandonar su reino, renunciar a su esposa
y, zarandeado por mareas contradictorias,
sacrificar su orgullo en aras del dolor?
¿Existe una hija, nacida en sueños,
cuya carne es de nieve y sus ojos de rubí,
que mira fijamente ámbitos cuya sustancia
parece tan fuerte como la agonía, mientras yace tumbada?
¿Existe una niña, nacida de los sueños,
que lleva en sus venas sangre tan antigua como el Tiempo,
destinada un día a fundirse con la mía, para dar una nueva reina a nuevas tierras?
¿Existe un valeroso señor, nacido por el destino,
capaz de llevar viejas armas, de ganar nuevos estados,
y desgarrar las murallas que santifica el Tiempo,
de arrasar antiguos templos como mentiras santificadas,
de quebrar su orgullo, perder su amor,
destruir su raza, su historia, su musa,
y, tras renunciara la paz en favor del esfuerzo,
dejar sólo un cadáver que hasta las moscas rechazan?
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