martes, 16 de septiembre de 2014

Elucubraciones ( VII )

Matthew Almy - House of Mirth.

El dolor de la experiencia no es una consecuencia de ella misma al modo de una repercusión sobre nuestro estado corporal anímico.
El dolor es antes bien la más íntima esencia de la experiencia, en la que todos los momentos antes mencionados tienen su unidad y determinalidad. El dolor es esencialmente conciencia y saber. El dolor es la esencia del saber, en tanto éste es continuamente un pasaje por las rectificaciones, que cada experiencia contiene. Toda experiencia, esencialmente entendida, es un desengaño. Hace resultar lo antes sujetado como no sólido. Aún la así llamada “buena experiencia” que hacemos con algo, es un desengaño. No obstante, toda experiencia es un dolor, dolor en el sentido de la conciencia de traslado a la necesidad del pasar por del desengaño, como el único camino de la verdad de la conciencia a sí misma. Porque la conciencia es autoconciencia, nunca es la diferenciación indiferente de sí misma con respecto a sí misma, sino en este diferenciado sí mismo sólo es igual a sí misma como el ser otro con respecto a otro.
Martin Heidegger (1942)

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